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En el número 18 de la Calle Castellón, en el corazón del distrito de Salamanca, se encontraba una de las platerías con más historia y repercusión de la capital: la platería de Luis Espuñes.

La Fábrica de Platería Espuñes fue fundada en Madrid en 1840 por el catalán Ramón Espuñes, aunque serían los avances implementados por su hijo Luis y su visión comercial los que otorgarían un mayor prestigio y renombre al negocio familiar. Pese a que la mayor parte del trabajo estaba destinado a la creación de piezas de uso civil como las cuberterías, llegaron a recibir el título de plateros de la Real Casa por la Vajilla de Colón, regalo que se hizo a la Reina Isabel II en el que se incluía un candelabro que representa a Colón recibiendo presentes de los indígenas americanos.

La firma adquirió tanta fama y volumen que no solo vendió productos a nivel nacional, traspasó la frontera y llegó a contar con depósitos en Barcelona, La Habana o México.

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