Ángel Sanz-Briz fue nombrado embajador de España en Budapest allá por 1944. Con los últimos pasos de la II Guerra Mundial, los nazis empezaron a poner en marcha “la solución final”, esto es, la eliminación sistemática de decenas de miles de judíos de toda Europa.

Ante este hecho, Ángel Sanz-Briz se escudó en un Real Decreto de la dictadura de Primo de Rivera (que reconocía a los judíos sefardíes como personas con derecho a la nacionalidad española) para salvar a miles de judíos a través de la concesión de pasaportes españoles. La legación española expidió pasaportes a un ritmo frenético a todos aquellos judíos que podían demostrar una remota relación de parentesco con algún judío sefardí.

Por esta heroica acción Israel lo reconoció como Justo entre las Naciones y plantó un árbol en su honor. En 1996 el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa en su honor en la casa donde vivió, en la calle Velázquez.

Foto por Mr. Tickle / Licencia de Documentación Libre GNU