Entre las calles de Alcalá y la plaza del Perú. Está dedicada al general Baldomero Espartero, Príncipe de Vergara, título que obtuvo por poner fin a la guerra carlista con el famoso “abrazo de Vergara” entre él y el general Maroto. Desde 1939 y hasta 1980 se llamó de General Mola. Durante todo este tiempo tuvo carácter de bulevar.

En un lugar próximo se produjo el fusilamiento de los sargentos de Artillería, condenados tras los sucesos del 22 de junio de 1866. Hubo en esta calle, pasada la plaza de Salamanca, una fábrica de la Compañía Madrileña de Panificación y un edificio construido para asilo de Nuestra Señora del Rosario, convertido después en sanatorio quirúrgico, en donde murieron el torero Antonio Reverte, la célebre cancionista Consuelo Vello, La Fornarina y el cardenal Segura.

En esta calle vivieron el doctor Jiménez Díaz, Ramón Serrano Súñer, Fernando Luca de Tena, los marqueses de Villaverde, Santiago Ramón y Cajal, Juan Vigón y los toreros Domingo Ortega, Marcial Lalanda y Antonio Bienvenida, éste último, junto a su familia, en el inmueble del número 3, derruido en 1976 para construir un nuevo inmueble. El Ayuntamiento descubrió una placa de cerámica en la fachada del nuevo edificio que dice: “Aquí vivió la famosa dinastía torera Bienvenida”. Se trataba de una vivienda de gran superficie, con un patio-jardín donde se entrenaban los toreros de la dinastía Bienvenida, y una capilla, presidida por una imagen del Cristo del Gran Poder, en la que las autoridades eclesiásticas habían permitido celebrar misa, y en la que rezaban las mujeres de la familia hasta que los toreros volvían de la corrida.

En un inmueble cercano a la plaza del Marqués de Salamanca, se hizo la primera producción del cine español de dibujos animados, una productora dirigida por el dibujante Xaudaró. En el número 136 se encuentra el Auditorio Nacional de Música, junto al Museo de la Ciudad. Frente al Auditorio, en el número 141, hay un monumento de bronce dedicado al maestro Pablo Sorozábal, obra del escultor Navajas, inaugurado en 1993. En el número 15 existe un edificio que puede considerarse como característico de las primeras construcciones del distrito, obra de Joaquín Juncosa Molins. Pasada la calle de Goya encontraremos el convento y la iglesia de las Maravillas, construidos en 1902 por el arquitecto Manuel Ortiz de Villajos. Hay que pararse frente al número 51, elevar la vista hasta el tejado de la llamada Casa Tejada, un edificio de 1910 de estilo regionalista, obra de Aníbal González, y encontraremos una auténtica reliquia: una preciosa veleta de hierro forjado con la imagen de un gallo. En el número 132 se encuentra la sede de la consejería de Economía e Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid.