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Diego de Velázquez nace en Sevilla en 1599. Pintor universal. Cuando muere en Madrid, en 1660, deja una obra amplia y admirable, con óleos como Las Meninas, Las Lanzas, Las Hilanderas o Los Borrachos.

Esta calle transcurre desde la de Alcalá hasta la avenida del Doctor Arce. Primitivamente, antes de que se construyera el barrio de Salamanca, estuvo en esta zona el “Horno de San José”, célebre porque en él irrumpió el elefante “Pizarro”, que se había escapado de la Casa de Fieras del Retiro, y al olor del horno, acudió para devorar todos los panecillos que estaban preparados para la venta y el reparto. “Pizarro” era de raza india y había recorrido toda España en espectáculos circenses donde luchaba con toros y animales salvajes en las plazas de los pueblos. Perdió uno de sus colmillos al embestir a un morlaco en Valladolid. Ya viejo e incapaz de luchar se le ofreció asilo en la Casa de Fieras del Retiro. Al morir, el Ayuntamiento donó su cuerpo al Museo de Ciencias Naturales, donde disecado se expone desde entonces.

Calle donde se construyeron los primeros edificios de lujo del barrio; en ella estuvieron ubicados los “Baños Árabes”, el balneario más suntuoso de la capital, y también el convento de la Concepción Jerónima. En esta vía se levantaron las esculturas dedicadas al marqués de Salamanca, Velázquez y Francisco Goya, esta última obra de Mariano Benlliure, para conmemorar la mayoría de edad de Alfonso XIII. En principio se pensaba ubicar junto la ermita de San Antonio de la Florida, pero fue colocada en la cochera del parque del Retiro, el 5 de junio de 1902. Más tarde se puso en la calle Goya, y en 1945 fue trasladada a su actual emplazamiento, frente a la fachada norte del Museo del Prado.

En el número 57 vivió Pedro Muñoz Seca; en el 76, los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quintero; en el 27, el premio Nobel de Literatura Ivo Andric, y en el 89, José Calvo Sotelo, casa en la que fue detenido por los guardias de asalto y asesinado, a la altura de la calle de Ayala, en el mismo camión que lo transportaba a la dirección General de Seguridad. En el torreón del número 6 (hoy Hotel Wellington), tuvo su estudio Ramón Gómez de la Serna.  También residió en una suntuosa mansión de esta calle el sultán de Marruecos, Muley Hafid, enamorado perdidamente de la cupletista Carmen Flores.

Es una de las vías más importantes del distrito, con elegantes hoteles y edificios de notable arquitectura. Entre las calles de Villanueva y de Goya estuvo el linde de los famosos Campos Elíseos, un “parque de atracciones” creado en 1864 para ocio de los madrileños, que en los meses de verano se trasladaban hasta allí en ómnibus. El recorrido y la entrada a los recintos costaba tres reales, y se podía permanecer hasta las cuatro de la tarde, y si se pagaba el doble, hasta la noche. Allí estuvo el teatro de “Rossini”, del que era director musical el maestro Barbieri. Los Campos Elíseos contaban con gimnasio, casa de baños, cosmorama, sala de billar, café cantante, estanque, montaña rusa, pistas de tiro y de baile y fuegos artificiales.

Desaparecieron a finales del siglo XIX. De ellos escribió Julio Nombela: “Nada tienen que envidiar a Hyde Park de Londres… Fuegos artificiales, funciones al detalle en el teatro Rossini, baños confortables, restaurantes y cafés, carreras en velocípedos por francesas ligeras, can-can pur sang y ejercicios de Blondin en la cuerda floja”.

En el edificio del número 52 se encuentra la Oficina del distrito de Salamanca; en el 120, abría en 1934 una tienda con el siguiente rótulo: “Vaquería de Nuestra Señora de los Ángeles”, en la que el dueño del establecimiento empezó vendiendo la leche de una vaca propiedad de su hermano.

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